miércoles, 13 de enero de 2010

TENGO UN POCO DE TODO.

  Aquella mañana, me levanté nerviosa, débil, sin fuerzas, casi no me tenía en pie, pero ya había tomado la decisión, iría costase lo que costase, ya no podía seguir más así, hundida, con un dolor inaguantable por todo el cuerpo, pero también en el alma. Ya no había vuelta atrás, había superado el miedo a ir de nuevo a esa consulta que un día visité  y que sin saber porqué no volví a pisar.
  Tenía cierto temor a que ese médico riguroso, entendido y amable, que me vió unos años atrás, me reprochara no haber ido a su consulta ni una sola vez más, a pesar de decirme que a los quince días me quería ver de nuevo.
  Como era de suponer, un médico tan íntegro, no podía enfadarse con una paciente que llegaba en un estado tan lamentable. Comencé a presentarle ciertas excusas y él me detuvo, diciéndome que me tranquilizara, que empezariamos de nuevo con lo que él tenía registrado en mi historia y con lo que le contara ahora. 
  Poco a poco, casi sin aliento para hablar,  fui relatando cómo era mi vida día a día, si es que a eso se le podía llamar vida, debatiéndome a todas horas entre el dolor, el cansancio extremo y el llanto.
A todo esto había que unirle mis problemas intestinales, de estómago y de vejiga. Toda una amalgama que me había llevado a tomar un sin fin de medicamentos, pautados por los distintos especialistas que me trataban, creyendo cada uno que su especialidad era la única y sin importarle a ninguno lo que el otro colega de profesión me había recomendado tomar. Es curioso como dentro de la clase médica, con sus excepciones, claro está, se olvidan del sentido holístico de la medicina, es decir, de aquello de tratar al paciente de forma integral, teniendo en cuenta que es un todo y respetando su organismo de forma conjunta. De qué me servía a mi tomar ansiolíticos si lo que tenía eran unos dolores insoportables. No digo que no los necesitara, pero no solos sino acompañados de analgésicos para el dolor y más cuando el motivo de mi ansiedad era el estado físico y no al revés como me quería hacer ver un psiquiatra muy prestigioso que me vió. Él estaba convencido de que mis dolores estaban producidos por mi estado nervioso. Siempre ha pasado igual, cuando tus análisis no reflejan grandes cosas y están dentro de la normalidad, es que el dolor o no existe o es que estás deprimida.
  Al final de todo mi relato, el  médico me dijo mire le voy a hacer un gráfico en un folio para explicarle mejor lo que le ocurre. Bueno, antes le diré algo,  yo ya le hablé a usted en su anterior visita de la fibromialgia. Yo asentí y le dije sí pero que no le había dado la suficiente importancia porque mis dolores siempre los había achacado a la polio y me dijo, no, yo conozco a personas que han tenido polio y no están como usted con tantos dolores y tanto cansancio. Además usted también tiene intestino irritable, vejiga irritable o hiperactiva, junto con cistitis intersticial, migrañas... Todo esto y algunas cosas más que ya le iré explicando son síntomas de fibromialgia.
A todo esto yo veía que el reloj pasaba y que este médico no paraba de hablarme y que parecía tener todo el tiempo del mundo y me dijo no se asuste por la hora, estoy acostumbrado a estar con mis pacientes hasta dos horas, a veces. Yo pensaba, ¡ no puede ser que un médico me escuche de esta forma y además  sin poner cara de incredulidad!
  Le voy a hacer el gráfico, me dijo, y entonces fue cuando dibujó en un folio tres círculos entrelazados. En uno ponía fibromialgia, en otro sídrome de fatiga crónica y en el otro sídrome post- polio. Usted tiene sintomas de los tres, me dijo, y sin lugar a dudas lo que está agravando aquí su situación es la polio y su efectos colaterales al pasar los años. Estos tres síndromes comparten síntomas pero no son exactamente iguales, ahora bien cuando se dan en un paciente como usted son muy debilitantes.
  Por si fuera poco, a los pocos meses de tratarme, algo empezó a no ir bien, yo remonté un poco en cuanto al dolor se refiere pero la debilidad persistía y aunque él sabía que la polio sigue estando aquí, prefirió hacerme más pruebas porque empezó a tener sospechas de que mi intestino irritable no se quedaba sólo en eso. 
Efectivamente, una vez más este entrañable médico tenía razón, mis análisis esta vez sí hablaron. Yo tenía déficit de b12 y esto me había ocasionado otro problema que se llama degeneración combinada subaguda de la médula espinal. Total era lo que faltaba para terminarme de machacar, como si no hubiera tenido bastante con lo que la polio hizo en su día y sigue haciendo a día de hoy.
A partir de ese momento una inyección mensual y de por vida de vitamina b12, además de toda la otra medicación para el dolor, el cansancio...
   Por el momento, estoy contenta de haber vuelto a este fabuloso médico porque hoy todavía pienso que si no me hubiera decidido aquel día a visitarle de nuevo no sé qué hubiera podido ocurrir.
Ahora estoy mal, con dolor, cansancio y con muchos problemas para salir a la calle, caminar, atender a los míos... Pero aquí estoy, satisfecha al menos de que mi médico  no sólo me trata sino que además me escucha, me entiende y no piensa que todo está en mi cabeza. Cada día voy asumiendo que ésta es mi nueva etapa en esta vida y que tengo que seguir aprendiendo  a seguir adelante con todo ello, aunque tenga que apoyarme en mi medicación y porqué no decirlo en mi resignación que no es poca, aunque no por ello dejo de enfadarme con la vida de vez en cuando. A fin de cuentas sólo soy una persona.
                                                                                     
                                                                                                            







 

7 comentarios:

Perséfone dijo...

Resignarse-enfadarse, en ese binomio fantástico ceo que nos movemos. Y creo que debe ser nuestra línea de flotación, porque si no podemos entrar en el lamentarse-hundirse.

Besos para un ángel.
De tu hermana en Zeus.

Berta dijo...

¡Como te entiendo con la B12! es como una inyección de energía.
El día que nos vimos , pense que tu aspecto era mejor, ya se que la procesión va por dentro, eso ha sido siempre pero esta vez tenias algo especial, no se que era , si por el tratamiento, o por superar dificultades , pero se te veia especial.

Besos

rafaplaza dijo...

Es muy dificil tratar de una forma integral a una persona en la que unen tantos trastornos, dolores, ...,por eso cuando un profesional tiene esa capacidad , el cambio es total.
Esto no quiere decir que desaparezcan los dolores y el cansancio, pero al menos sabes que hay un profesional que te va a atender y va interpretar cada sintoma , valorando los pros y los contras de cada tratamiento, todo un proceso.

Es dificil enfrentarse cada dia a esta situación y tú lo haces a pesar de los pesares.
...y ahora con este "jodio" frio y esta "puñetera" humedad.....

pero bueno aqui estamos.

Animo y al ataque!!!!!

Angels dijo...

¡¡Muy buena aquella decisión de volver a la consulta de este gran médico!!.

Gracias a esa forma tan particular de pararse, escucharte y creerte todo lo que tu con tanta angustia le contabas, él supo intuir que algo más faltaba por descubrir, y que no estaba precisamente en tu cabeza.

Hay cosas que aunque sean de por vida, se tratan y se llevan... eso sí con mucha pero que mucha resignación.

¡¡Bendita b12!! cuanta falta te hacia...
y cuanto daño hace a las personas que tienen ese déficit.

Un abrazo.

Leonor Ortega dijo...

Hola cielo, siento que tu también padezcas de fibromialgia y de todo lo demás... pues creo que con el spp ya estamos bien servidas, pero me alegro de que encontrases a un gran profesional. Médicos más humanos es lo que necesitamos en esta sociedad tan deshumanizada, y es que cuando nos escuchan y nos creen, la mitad del camino ya está hecho, pues si confias plenamente en el médico y eres escuchada con respeto, gran parte de la angustia que uno padece se elimina y así es más facil poder recuperarse o al menos paliar en gran parte los dolores.

Un abrazo bien grandote y ¡Ánimo! que ya estás en el buen camino,
Con cariño
Leonor

Rosa dijo...

Me alegro la decisión tan maravillosa que tomastes, y que ahora con dolores, cansancio, pero por los menos es saber que has sido escuchada y que el cansancio no puede contigo, eres una luchadora cielo, y me siento muy orgullosa de ti.

Yo ahora estoy pasando por un mal momento pero podre con todo, por eso te mando todo mi cariño, mis fuerzas y mi amistad
Cuenta conmigo para todo lo que necesites

Encantada de encontrarte, eres un cielo de persona

Yo tengo que explicar ahora a mis seguidores que tanto me han apoyado mis resultados, espero hacerlo con la misma fuerza y cariño que yo tengo
Un besito cielo, Rosa

rafaplaza dijo...

Veo cada día como te enfrentas a tus dolores, a tus terribles dolores...
Veo como una y otra vez a pesar de que tu cuerpo se empeña en someterte, te revelas ante tanto sufrimiento y sigues avanzando.

A veces te veo y no se que hacer ni que decir, a veces te siento tanto que me duele por dentro al verte...

A veces te veo y no se que hacer ni que decir...¿como demostrarte que estoy a tu lado?

A veces te veo y no se que hacer ni que decir...¿como aplacar tu sufrimiento?

A veces te veo y no se que hacer ni que decir... un gesto, un abrazo...seguir caminando
juntos y calmas mis dolores, me demuestras cada dia que estas a mi lado y aplacas mi sufrimiento.


Me dás tanto a cambio de tan poco....

Con todo mi amor .

Publicar un comentario