sábado, 18 de septiembre de 2010
SILENCIO
En mi silencio me rompí en mil pedazos, miré a mi alrededor, despacio, detenidamente, con la serenidad triste que da el dolor, buscando a nadie, sólo a mi misma. Volví a caer, me volví a romper, me volví egoísta siendo consciente, queriendo serlo, como si de una tabla de salvación se tratara.
En la ausencia, necesitaba renacer de nuevo, respirar profundamente, apostar sólo por mi, sin temor al juicio ajeno. Aprendí a decir NO, casi por primera vez en mi vida, hice un intermedio, me dí la oportunidad de no ser amable, amigable. Me permití estar sólo para mi, me permití disfrutar de la belleza del silencio.
He aprendido a olvidar la exigencia equivocada del que sólo ve lo que no soy, del que me mira, pero no me ve, del que no se cuestiona mis porqués.
En la huída hacia adelante, he visto fantasmas, espacios tenebrosos, oscuros, pero también he visto luz, esa luz que aparece cuando logras atravesar la barrera del no puedo más y aparece esa fuerza que creíamos no tener.
En soledad he huído hasta de ésta, mi otra casa, he abandonado a mis vecinos, me he entregado a mi misma. Lo siento. Lo necesitaba. Estoy tranquila y serena, estoy de vuelta, mirando hacia los míos, hacia aquellos que me quieren y respetan mis silencios.
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8 comentarios:
...compartiendo silencios y anhelos...
Estoy tranquila y serena, ....
esas son buenas noticias y me alegro mucho por ti .
un besazo
Los silencios siempre deben de ser respetados...
Te quiero.
Hola Atenea, me alegro ¡muchísimo! por ti, hay momentos en los que el egoismo no viene nada mal.
Un abrazo.
A veces necesitamos encerrarnos en nosotras mismas para encontrar las fuerzas y poder seguir adelante, o bien para encontrar respuestas a las preguntas que nos planteamos en ciertos momentos. Por ello el silencio es necesario y beneficioso, siempre y cuando no nos habituemos a él y lo prefiramos a estar con nuestros amigos.
Mi querida Atenea, te entiendo perfectamente porque muchas veces me ha pasado a mí también y me cuesta mucho salir de él... Pero hace poco me pasó justo lo contrario con un amigo al que quiero mucho (es él el que lleva un mes sin comunicarse) y comprendí que a veces podemos hacer daño sin pretenderlo tan solo con nuestro silencio.
Espero y deseo que estés bien y que logres salir de él mucho más reforzada y con ganas de vivir y reír.
Un abrazo bien grandote con todo mi cariño,
El silencio es un cuchillo
que ensombrece el alma,
la deja muda
y puede herirla de muerte.
Te espero en tu silencio, amiga,
a que rompas tu mordaza,
y me cuentes, y me digas,
y me llenes de esperanza.
Besos
Te extraño !!! por aquí estaré esperando tu regreso.
Un besazo
Qué pena! que se acabara,
qué pena! por la manera,
qué pena! que pase el tiempo
y me siga dando pena...
Te envío una mariposa azul cargada de buenos deseos
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